algunas le hacen a los cuentos de príncipes y colinas doradas y dulces de abuelita, otras no.
otras escriben con las vísceras. me van de esas. naifas.
escriben tangos. tangos para que los bailen los dibus de maitena.
yo conozco a una y de ESHA: esta bonita página
afeitando al che guevara...
¿Cuántas veces compramos algo que en la vidriera
se veía hermoso, perfecto, hecho a medida, y
termina eternamente en un rincón del placard?
Pues las relaciones humanas no son más que eso,
salvando las diferencias por si alguien se ofende,
compra, venta, canje, permuta, alquiler, usurpación
y posesión venteañal, etc.
Uno va por la vida “vendiendo” y “comprando”;
pareceres, miradas y relaciones.
Pero la especie femenina merece un capítulo aparte,
y de esto si, libero a los hombres de todo mal y culpa.
Vamos buscando eternamente el príncipe azul, ése
que Dios puso en la tierra para una.
Lo imaginamos, lo construimos mil veces y se modifica
a lo largo del tiempo. Pero es ÉL.
Nos enamora que es apuesto, diferente, bohemio, sobresaliente entre la multitud, especial y único.
Y nos separamos porque es diferente, bohemio, sobresaliente entre la multitud, especial y único. Apelemos a la sinceridad, es cierto o no???
A las mujeres nos enganchan las diferencias, pero somos incapaces de sostener esas diferencias en el tiempo. El que era divertido y jodón al principio, después no se toma las cosas en serio.
Al que le importaba muy poco el qué dirán, termina convirtiéndose en un desubicado.
El que nos hacía volar con su libertad, con sus alas mágicas que nos transportaba a otro mundo, terminaba siendo un ave de rapiña indomable al que no podremos enjaular jamás.
Es un planteo que una debería hacerse alguna vez en la vida. Son ellos los que cambian??
O cambiamos estrepitosamente nuestras “necesidades”??
Ya lo dice el dicho popular:
“Todas las mujeres quieren acostarse con el Che Guevara y a la mañana afeitarlo”.
Nada más cierto, nada más terriblemente cruel que la verdad expuesta en las narices.
Es sólo cuestión de análisis, de mirar retrospectivamente y poner en la columna de “haber”
lo que nos enganchó, y en la de “deber” lo que nos rompió el corazón.
Qué sorpresita, no??? Alcoyana, Alcoyana, dijo Berugo.
Muchas coincidencias. Atribuirle a los hombres los cambios, a veces es justo, otras...
no es más que estar afeitando al Che Guevara.
3 comentarios:
¿puede ser posible que al CHE le gustara que lo afeiten a la mañana?
firma: camorrita
todo puede ser estimado camorrita.
hasta el caso q a USTED le guste que lo afeiten o q se ponga barba postiza. vaya uno a saber...
la autora de la entrada le responderá, si se le da la gana OCVIO.
Pense que las de mi sexo tendrían dificultades para captar el sentido de la metáfora... pero los hombres solo ven el árbol. A quien le gusta que lo cambien? Honestidad intelectual.... dijo el Ruso
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